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Foto del escritorYeilor Rafael Espinel Torres

¡Fajardo!



Dicen los medios y algunos analistas que el próximo domingo 29 de mayo se debe votar por uno de los candidatos que lidera las encuestas así no nos represente, porque así podremos derrotar a aquellos con los que no estamos de acuerdo. Que le apostemos al “caballo ganador”. Proclama a la que los candidatos punteros de las encuestas obviamente se suman de manera oportunista. Esta es la idea de “voto útil” que nos quieren imponer, vaya trampa. Un momento, así no son las cosas. El único “voto útil” es el que damos a conciencia y por convicción.


Mi conciencia y convicción está con Sergio Fajardo, entre otras razones, por su firmeza y coherencia en la lucha contra la corrupción y porque no está rodeado de clanes ni corruptos. Por su defensa de la producción y el trabajo nacional y su compromiso de no firmar nuevos TLC, renegociar los existentes y en no precarizar el trabajo. Por su plan de generación de trabajo que creará 1,5 millones de empleos formales (de los cuales el 50% se creará en el sector agropecuario y la industria manufacturera) y los 440 empleos públicos en donde el 70% será para mujeres. Plan económico que incluye medidas inmediatas de seguridad alimentaria con compras directas a productores agrícolas.


En educación, la cosa con Fajardo pinta bien porque mejorará 10,000 sedes educativas en los primeros 3 años; creará 150 mil nuevos cupos en universidades públicas; reformará el ICETEX y formalizará las condiciones laborales de los docentes. Y ni qué decir del importante aumento de la inversión en Ciencia y Tecnología que pasará del 0,3 al 1% del PIB.


En materia de bienestar social propone 1,2 millones de soluciones en vivienda nueva, mejoramiento y subsidios de arriendo, así como un ingreso básico de 500 mil pesos para 3,8 millones de adultos mayores de 65 años no pensionados; la creación del Ministerio de las Mujeres; la implementación de un Sistema Nacional del Cuidado y un programa nacional de entornos protectores. Llama positivamente la atención la propuesta de creación del Ministerio de la Seguridad y la Convivencia Ciudadana en el marco del monopolio legítimo de la fuerza del Estado, el respeto de los DDHH y un enfoque diferencial y de género. Finalmente, y lo mejor de todo, propone una política exterior que le apostará al multilateralismo y la defensa de la soberanía nacional.


En un país indignado por la ruina económica y la corrupción imperante, pero desorientado y confundido por una contienda electoral plagada de engaños, agresiones y clientelismo agenciada por el candidato continuista Federico Gutiérrez y el candidato del “cambio” y el “todo vale” Gustavo Petro, lamentablemente reina el miedo, el odio y la desesperanza. Porque el primero se ha empecinado en unir al duquismo y ocultar su uribismo y el segundo, a cabalgar en un tren cada vez más vertiginoso y lleno de cuestionados políticos, en el marco de un programa de gobierno demagogo, desfinanciado y por ende, irrealizable. Mientras, el profesor Sergio Fajardo ha sido el único candidato presidencial que se ha concentrado, a pesar de las calumnias y las encuestas, en presentar propuestas serias y demostrar con hechos su decencia. Muestras de coherencia y talante democrático que evidencian que no le jala al continuismo ni al todo vale. Por todo esto y más, hoy digo: No más continuismo, ni todo vale. ¡Fajardo Presidente!


Coletilla: Independiente de los resultados, los sectores políticos en Colombia deberán comprometerse en civilizar la lucha política. Rechazo el lenguaje hostil, calumnioso, agresivo, injurioso y por demás antidemocrático, con el que algunos sectores políticos intentan “quemar” a sus contradictores. La violencia verbal, puede desencadenar violencia física. Como diría Carlos Gaviria (2010) “Los debates ideológicos no dejan heridas, el lenguaje injurioso sí.”


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